Friday, December 31, 2010

Uno de 365 días

Photos by José Soriano

Termina el año 2010 y como un rápido slide show pasan por mi cabeza imágenes de estos trescientos sesenta y cinco días. Son curiosos los mecanismos de la mente, las imágenes gratas se toman unos segundos más de estancia. Así también repaso noticias internacionales desagradables, fenómenos naturales devastadores y accidentes que acapararon la atención mundial. Me detengo en lugares distantes en los que me ví por vez primera, en reuniones con amigos separados por muchos kilómetros o con aquellos encontrados a unas pocas millas. Me inserto en mi familia y observo cómo se definen cada vez mejor sus generaciones y ese amor compartido y hasta me espanto cuando observo el destino de nuestros países.

Culturalmente no me puedo quejar, me expuse y enriquecí muchísimo con aquellas manifestaciones del arte a las que tuve la opción de elegir o de ser invitado. En momentos laborales difíciles me sorprendió descubrir un excedente de horas libres gracias a las cuales nació este blog a finales del mes de junio.


Pero si tuviera que elegir cuál fué el día del 2010 que más marcó mi memoria y espíritu, tendría que remontarme a uno del mes de marzo y no fué un evento cultural aislado, fué una manifestación social, cuando miles y miles de personas vestidas de blanco y portando flores y banderas marchamos junto a Gloria y Emilio Estefan tras su iniciativa de enviar un mensaje al mundo en apoyo a Las Damas de Blanco. Desde la Calle 8, la calle de todos, Miami alzó su voz por Cuba. Unión, Paz, Libertad, Solidaridad y "Zapata Vive" fueron las palabras de aquella tarde. Descubrir cómo la espontaneidad llenó las calles, fué mi evento del año.

Hoy en Noche Vieja, les deseo a todos Unión, mucha Paz, mucha Salud y Prosperidad, y les recuerdo que existen muchas vías para encontrar la Felicidad. Tampoco olvidemos que nuestra historia, la cubana, añadió un nuevo mártir a su lista en el año que está a punto de expirar.

Saturday, December 18, 2010

De lo simple


Noviembre, un mes que adoro por el clima y brillo que le acompaña en estas latitudes, entró y salió con prisa, se me fue volando y pasó cargado de ofertas culturales en la Ciudad del Sol. Una de ellas fue la presentación de Buika en el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts of Miami.
Confieso que no la conocía y no tenía claro si asistir o no a su concierto. Bastó un pop-up en el ordenador mientras revisaba la versión digital del diario El Nuevo Herald para motivarme e indagar más sobre su música. ¡Qué maravilla de voz! ¡Qué letra la de sus canciones!
La cantante española María Concepción Balboa Buika, negra como un totí, nació en Mallorca y pertenece a una segunda generación de exiliados políticos procedentes de Guinea Ecuatorial. Según ella, desde niña la música era parte de su vida diaria y como africana que ‘no puede vivir sin música’ siempre ésta ha existido en su cabeza y en su corazón.
El concierto se caracterizó por la extrema sencillez: Una Buika descalza con su African style acompañada por tres músicos cubanos. No más efectos que su melodiosa voz rajada y el misterio que la conectó con la audiencia, para llevarnos de la mano con esa mezcla de íntimos sentimientos y emociones que expresa en su cancionero.
Con el concierto de Miami cerraba una serie de presentaciones en 21 ciudades de los Estados Unidos. Salí del Concert Hall directo a iTunes para adquirir las melodías con las que más me había identificado. Todavía hoy, un mes después, me descubro tarareando una de sus canciones:

“Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas.
Lo mismo que un árbol, que en tiempo de otoño, muere por sus hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas
Y esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.
Uno vuelve siempre a los mismos sitios donde amó la vida.
Entonces parece cómo están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacha no partas ahora soñando el regreso,
Que el amor es simple y a las simples cosas las devora el tiempo.”


Aquí, la Canción De Las Simples Cosas perteneciente al álbum ‘El Último Trago’ con el que ganaría junto a Chucho Valdés un Latin Grammy en la categoría de Best Tropical Album en ese noviembre fugaz coincidente con su gira.

Tuesday, December 7, 2010

Dos epístolas, dos fechas y una franquicia común

The Flagellation of Christ. Oil on panel, c. 1512-15. Bacchiacca.
National Gallery of Art. Washington, DC
Photo by José Soriano

El 7 de diciembre de 1896 cae en combate el Titán de Bronce, uno de los más aguerridos mambises que se enfrentaron a la Metrópoli. Mientras los españoles, voluntarios e isleños simpatizantes con España celebraban “en bárbaras bacanales la muerte del héroe epónimo de la libertad”, el General Máximo Gómez escribía a María Cabrales, la viuda de Maceo, una conmovedora carta donde expresaba su dolor ante las malas noticias procedentes de la finca de San Pedro en Punta Brava:

“Apenas si encuentro palabras con que expresar a usted la amarga pena (…) El general Antonio Maceo ha muerto gloriosamente sobre los campos de batalla (…) Con la desaparición de ese hombre extraordinario, pierde usted el dulce compañero de su vida, pierdo yo al más ilustre y al más bravo de mis amigos, y pierde, en fin el Ejército Libertador a la figura más excelsa de la revolución (…)
A esta pena se me une, en el fondo del alma, la pena cruelísima de mi Pancho, caído junto al cadáver del heroico guerrero y sepultado con él, en una misma fosa (…) Usted que puede -sin sonrojarse ni sonrojar a nadie-, entregarse a los inefables desbordes del dolor, llore, llore, María, por ambos, por usted y por mí (…)"

El 7 de diciembre pero de 1990, otro gran cubano visionario, que como machete tenía sus letras, puso fin a su vida en New York, cuando lúcidamente comprendió que su enfermedad no le permitía seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba. Al morir dejó varias copias de esta carta dirigida a algunos amigos:

“(…) Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad. Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando. Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Sólo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.
Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la Isla los exhorto a que sigan luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota, sino de lucha y esperanza.
Cuba será libre. Yo ya lo soy.

Firmado,
Reinaldo Arenas

PARA SER PUBLICADA"